martes, 21 de diciembre de 2010

EL ANO, LA CIUDAD Y LAS MICROREVOLUCIONES

Fue esa noche helada de piernas sueltas y arrechera insaciable en la que conocí tu orgásmica voz. Recuerdo que tu enrollada lengua me llenaba de viscosa saliva mis prostitutos labios. Sí, recuerdo haber sentido su afilada punta clavarse en el fondo de mi apretado culo y gritar con un sonido de extático placer, que por favor le declamaras poemas a mi agujero. Quería que le pasaras tu espesa barba y tus miradas morbosas y me penetraras con tu voz, sólo con ella, y ver la luna estrellarse en el cielo en un eclipse orgiástico de mi culo, tu voz y las palabras.

Salí a las calles de inmediato a buscarte, a verte, a lamerte, a follarte, a ahogarme con tu lujuria. Mi ano se tomó esta ciudad con la ansiedad voraz con la que un adicto desea chutarse heroína. Estoy tan arrecha que mientras te busco paseo atrevidamente mis dedos por mis guevas, mis pezones y mi culo. Los recorro, los pellizco, los retuerzo con perversidad, para ver si adquieren un tono rojizo para que te excites tan pronto los veas. Me meto un dedo en el culo, con suavidad, inserto un dedo más, más y más profundo, ahí estoy yo, tocando la entrada de mi cuerpo por donde cago mis ideas…

Al ano se le ha prohibido devenir órgano placentero entre los cuerpos asignados con pene, sí, es cierto, pero mi ano activo y glotón es un órgano político revolucionario, pues cada vez que en él dejo entrar todas tus formas, las pequeñas, las gruesas, las largas y diminutas, los dedos, los fluidos, los besos de negra y hasta el fist fucking, ahí mi ano está cagando el sistema sexo/género, que por centurias nos ha hecho abrir la boca y cerrar nuestros culos, temerle a ser penetrados, temerle a gozar de ese hecho. No tengo miedo de sus reproches y rechazos, soy una desvergonzada, fóllame el ano, déjame follarte con mi ano, mi cálido, apretado y disidente ano.

Que placer me genera cagar estas vetustas estructuras políticas tan violentas y opresivas, realmente me doy cuenta que es una mierda. Mierda que sale de mi culo pero que no me impide desear que me folles, vuelvo y paso un dedo más al interior de mi ano. Estoy preparado para nuestra faena, reconocí tu voz de inmediato. Mi ano se estremeció, contigo hice de mi culo una fiesta de rebeldía, una celebración por los nuevos cuerpos que nos estamos inventando, al dejarnos sorprender por el clítoris tremendo que yace en nuestro orificio, nuestro centro de descarga, nuestro punto de fuga. ¿Fugarnos?, sí, quiero fugarme de todo orden corporal que busque instaurarse en mi cuerpo, ¿A dónde ir? A la acción, a la revuelta orgásmica, eso!, sí, sigue chupando y mordiendo, lengüetea mi agujerito juguetón que se cierra y se abre compulsivamente cada vez que lo estimulas, veo como te arrechas y tu voz se entrecorta y gritas obscenas tonterías para referirte a mi ano, me dices que parece un pastelito, que mis nalgas son potentes, que te quieres correr encima de ellas, que te haga la paja apretando duro, que te encanta mi anito depilado. Yo no puedo creer que haya sido tu voz la que me lleva a abrir las piernas, que sea el chat de maricas que frecuento por las noches el que me haya traído hasta tus palabras eyaculadoras y tus excelentes y succionadores besos anales.

Estoy a punto de desmallarme por tanta fricción anal, subo y bajo mi pelvis, soltando y recogiendo los músculos de mi ano, frotando tu miembro que se enloquece y se viene en el espacio estelar como una explosión cósmica, la vía láctea chorrea mi cara. Estoy muy abierto, y mi voz y la tuya han sido la excusa para anchar mi hoyito suculento. Antes de que se acabe la noche y vuelva el silencio y encuentre otro chat, explota mi culo, explota mi polla, explotan mis tetas y me vengo, me vengo como desquiciada y me pregunto si algún día volveré a escuchar tu voz detonante. Me pregunto si mi ano revolucionario podrá follarse a tanto curita reprimido y mojigato. Le hablo a mi ano, mientras intento soplarlo pasándome las piernas tras la cabeza para calmar el ardor que me queda, si será posible quemarnos todos en un infierno queer donde no existan géneros naturalizados, ni órganos sexuales hetero-normativos, ni cuerpos domesticados. Soy el hijo de Sodoma, la marica culipronta y calienta huevos, soy la loka con pene pequeño, la travesti coqueta, la que le gusta por detrás, quiero la revolución, mi ano es centro revolucionario…que vivan los anos!....cuando chateamos?...cuando chateamos, quiero que me penetre tu voz?

No hay comentarios:

Publicar un comentario